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lunes, 19 de diciembre de 2011

We won't fade into darkness.

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La veo, ella es mi nueva cazadora. Estamos hechos el uno para el otro, por lo menos hasta que termine la noche. Adoro cómo se mueve, es la diosa de la pista. Me ha visto. Sonríe, mostrando unos dientes perfectos. Me acerco, bailando como nadie me enseñó, de la forma en que tantos quisieran. Esta noche yo seré su presa, su animal. La rozo furtivamente, aunque ella sabe que esa caricia estaba más que planificada. Se gira, colocándose frente a mí. Soy suyo, ella es mía. Pone sus manos sobre mi cuello y mi cintura; me guía, es mi lazarillo en esta canción. Bailamos al ritmo de la música, muy pegados, cada vez más. Se acerca el momento. Ya he sido cazado, ahora solo le falta coger su cuchillo y cortarle el cuello al animal. Así que llega lo más esperado, ella se acerca lentamente para primero tan solo rozar sus labios con los míos, me agarra el labio inferior y tira de él suavemente. Y así, su lengua empieza a jugar con la mía, recorriendo todos los rincones de mi boca, creando un baile aún mejor que el que nuestros cuerpos seguían en la pista. Ya estoy perdido; soy como una presa indefensa, he caído en sus garras. Ella.-

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