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sábado, 28 de enero de 2012

S(he)'s br(ok)en

3 comentarios
Sus finos brazos abrazaron aún con más fuerza aquel cojín descosido. Era la quinta vez en esa semana que soñaba con él, y la décima que de sus verdes ojos llovían lágrimas con su nombre y apellido. Se apartó un mechón rubio de su llorosa cara. Ella seguía esperándolo, en su calendario había una fecha marcada en rojo: el día en que volvería a verlo. Pero aún quedaba mucho para eso. Su confundida mente no alcanzaba a comprender por qué echaba de menos a alguien con quien apenas había pasado dos horas en una fiesta, hacía exactamente catorce días. Lo necesitaba tanto como al oxígeno que ambos respiraban. Se había enganchado a algo mejor que cualquier droga, mucho más adictivo. Que colocaba el triple y no traía efectos secundarios. Buscaba sus besos, sus caricias, su olor. Pero es que lo que no sabía era que mientras ella lloraba su ausencia, él  ya no recordaba el nombre de aquella chica rubia de ojos verdes a quien había seducido hacía un par de semanas.

3 comentarios:

Cristina Garzón dijo...

Tipico flechazo, aiis, que malo es quedarte atrapada en uno de ellos, porque como tu dices son como la droga.
besitos de Azucar, gran entrada!

Patricia Moñino dijo...

Que bonito blog! Me encantó

Caffeine dijo...

Muchas gracias chicas :)
Desgraciadamente hay muchos tíos así sueltos por el mundo... espero que nunca os topéis con uno.
Un besito <3

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